jueves, 19 de mayo de 2011

EL MAR DE LOS SARGAZOS




Me duele la escarcha
de este silencio que me llega sin decir nada.

Me apaño en un avispero de palabras olvidadas.

Si sacudo los brazos con energía
esparzo a mis pies memorias y algún recuerdo

que

como gigantes en el mar de los Sargazos
se hunden inexorables en el descuido.

La primavera asesinó impunemente
el aire helado de las mañanas
y ya no es posible
acurrucarse junto al fuego
y dormir plácidamente sin nada que soñar

miércoles, 18 de mayo de 2011

UN BARCO DE VELA



Escribí una carta, punteando mis silencios entre las palabras.
La escribí seguido, la cerré y busqué su destinatario.
Permanece en mi bolsillo y sólo de vez en cuando se mueve un poco reclamando su viaje.
Pero los días se cruzan con las semanas
y mi carta permanece.
Sin ir más lejos
el otro día enfilé una calle y justo en la esquina dos adolescentes se besaban.
Y hoy, sin querer la cosa, un recuerdo se me quedó quieto justo en las pestañas, lo  cierto es que no sé muy bien qué hacer con él.
Quizás lo añada a la carta como un “estrambote” fin de curso o algo así.
Pero la carta ya está cerrada, lista para el correo y no voy a rasgar un sobre y estropear su inexistente caligrafía.
Cuando regrese a casa, cerraré la ventana que da a la calle, encenderé un cigarrillo y esperaré.