Llegué al silencio del agua
con pocas cosas que decir,
llegué pausado
con el párpado fácil
de la noche sin prisas.
Dejé mi sueño reposando
en un banco de la estación
donde los trenes pasan cada cinco minutos.
Mis ojos esperan
entre las calles y los trayectos
mientras el olvido y la memoria
juegan a las canicas.
Un elefante blanco regresa de las nubes
cuando en los lagos se pescan
las tristezas como peces de colores.
jueves, 26 de agosto de 2010
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Pero cuando el elefante se refleja en las aguas del lago, los peces vuelven a ser de colores y la tristeza desaparece entre el olvido y la memoria.Isabel
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