domingo, 3 de mayo de 2009

DIAGNOSTICO GRAVE

El rostro del médico era grave. Su diagnóstico inminente. Los muebles del despacho marrón oscuro. Desde sus estantes de caoba, unos libros importantísimos pregonaban su suficiencia.
El galeno levantó los ojos, me miró y abrió la boca. Fue justo antes de que pudiera hablar cuando lo fulminó un infarto de miocardio que seguramente pasaba por allí. No asistí al entierro, mi salud era delicada.

1 comentario:

  1. Qui per un bon metge, no sap el que guanya. Ara entenc el teu bon estat de salut!! felicitats.
    El blog presenta molt bon aspecte.Seguiré xafardejant. Gracies

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